El acto docente implica siempre tener presente al alumno que
aprende, dado que la enseñanza es una actividad auxiliar, instrumental y
transitiva, que produce un efecto en quien aprende, por medio de la relación
dinámica, interpersonal e intencional que se da entre docente y alumno, a
propósito de un contenido cultural.
Deberíamos preguntarnos ¿qué quieren
los estudiantes?, ¿qué esperan de nosotros como docentes? ¿Cuáles son las
concepciones o representaciones que tienen los estudiantes del concepto
aprendizaje durante su formación? Debemos reflexionar sobre nuestra propia
práctica y estar dispuestos a REALIZAR
CAMBIOS. Es necesario tener en cuenta a los estudiantes como una variable
importante del contexto educativo que interviene en la forma que se acercan y
construyen CONOCIMIENTO.
Deberíamos
verlos como seres individuales que no aprenden todo del mismo modo, ni todas
las cosas con los mismos procesos
Pero esto requiere, de parte del
docente, animarse a escuchar y a acompañar la construcción del pensamiento, lo
cual implica un cambio significativo en los modos de ser y hacer en el aula.
Los
alumnos quieren docentes que comprendan bien
lo que están enseñando, pero que no dejen de tener “humildad
intelectual” como para poder dejar de lado “sus
recetas mágicas” y experimentar nuevas estrategias y recursos didácticos. No
quieren profesores “enciclopedias” quieren profesores que se muestren como
personas “comunes”, que los traten de igual a igual, que no antepongan su
figura de autoridad para así tener la suficiente confianza para poder preguntar
sobre cualquier problema que se les presente.
Debemos lograr que los alumnos sean
parte activa de su proceso de aprendizaje, reflexionando individual y
colectivamente sobre las prácticas realizadas en las asignaturas
Es necesario realizar innovaciones,
cambios en los procesos de enseñanza, en las estrategias de evaluación, en la
programación de los contenidos, en las formas de comunicarnos, en todo. Para
así producir Aprendizaje significativo en los alumnos, entendiendo que el
aprendizaje es significativo cuando: “...
puede relacionarse, de modo no arbitrario y sustancial (no al pie de la letra)
con lo que el alumno ya sabe…” (Ausubel, Novak y Hanesian, 1978, pag.37 de
la trad. Cast.) [1]